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Trauma

Etimológicamente “trauma” proviene del griego y significa “herida”. Podría decirse que un trauma es una herida que perdura en el tiempo, que permanece abierta y de alguna manera interfiere en nuestro momento presente. Son varios los eventos, situaciones, vivencias… que pueden generar un trauma. Lo que hay que considerar es cómo lo experimenta la persona, su percepción de lo acontecido, ya que no todo el mundo reacciona de la misma manera ante las mismas situaciones.

Síntomas emocionales:
  • Estado de shock
  • Confusión
  • Miedo
  • Negación
  • Ansiedad, nerviosismo, irritabilidad.
  • Sentimiento de culpa y/o vergüenza
Síntomas físicos:
  • Estado de alerta continuo
  • Fatiga
  • Ira
  • Insomnio y pesadillas
  • Dificultades para mantener la atención y la concentración
Algunas de las situaciones que pueden hacer que la persona desarrolle un trauma:
  • Accidente de tráfico
  • Asalto
  • Robo
  • Violación o abuso sexual
  • Desastres naturales
  • Violencia de género o maltrato en la pareja
  • Relaciones tóxicas
  • Ruptura sentimental
  • Acoso en el trabajo o en el colegio
  • Desatención en la infancia

En ocasiones, no es necesario vivir alguno de estos acontecimientos, ni estar expuesto a situaciones en las que nuestra integridad física o psicológica se vean en peligro extremo para desarrollar un trauma. Estar de manera prolongada en una situación adversa, aunque sea de una intensidad menor a las mencionadas, también puede generar un trauma. En este último caso, hablamos de trauma acumulativo. Por ejemplo, humillaciones constantes que se prolongan en el tiempo. Son situaciones en las que el vaso se va llenando gota a gota hasta que al final termina desbordándose. En estos casos, la persona puede llegar a sentir que nada de lo que haga va a servir, llegando así a desarrollar una sensación de indefensión y de

incontrolabilidad, junto con un gran sufrimiento interno. Cuando una persona sufre un trauma, puede no integrar la experiencia vivida porque sus mecanismos de afrontamiento se han visto sobrepasados por las circunstancias. Por ello, gran parte del trabajo terapéutico se dirige a que la persona sea capaz de integrar en su historia la experiencia para que deje de aparecer en forma de síntomas. Es decir, entendiendo, aceptando y curando lo sucedido, junto con pautas de adaptación a la vida cotidiana, termina produciéndose la recuperación completa. Un especialista experto en trauma puede ayudarte con este trabajo. No permitas que el daño que otros ocasionaron condicione de por vida tu existencia. Podemos ayudarte.

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