Existen numerosas causas que pueden estar favoreciendo que tu hijo/a presente un mal rendimiento escolar, siempre que no se deba a la presencia de un Trastorno Específico del Aprendizaje, causas orgánicas o dificultades intelectuales. No obstante, una evaluación exhaustiva permitirá entender los factores internos o externos que pueden estar influyendo en su rendimiento.
Así, dentro de los factores internos, el nivel de motivación que presente el niño/a o adolescente ante los estudios, influirá en su nivel de participación en las clases o en el estudio diario que debe realizar en casa. Puede que tu hijo/a esté perpetrando una autovaloración desajustada de sus propias capacidades y se muestre derrotista aceptando el fracaso, o directamente lo evite porque siente que no es capaz, y se muestra indiferente ante los estudios reflejando actitudes de desidia o pasotismo. Tal vez, las metas u objetivos que se propone, o que siente que debe cumplir, no están siendo realistas y eso favorece que, constantemente, interprete como fracasos sus resultados, sintiéndose frustrado y desmotivado.
Por otra parte, la atribución cognitiva que está haciendo de sus éxitos o fracasos, podría ser inadecuada, tendiendo a atribuir sistemáticamente que, cuando fracasa, se debe únicamente a factores de tipo interno (pensamientos del tipo, “he suspendido porque no valgo”) y, sin embargo, ante situaciones de éxito, permanentemente hace atribuciones externas (“ha sido cuestión de suerte”).
También es importante analizar cuál es su estilo de aprendizaje, es decir, el modo en que el niño/a o adolescente asimila mejor la información, ya que, en ocasiones, las estrategias de aprendizaje que está llevando a cabo, no están potenciando sus puntos fuertes.
Una causa que a menudo se suele dar, es que el niño/a o adolescente, no ha ido adquiriendo satisfactoriamente las estrategias metacognitivas necesarias para estudiar, y/o es inadecuado su hábito de estudio. Así, le cuesta realizar labores de organización y planificación de sus tareas, suele posponer continuamente el momento de comenzar a estudiar y, cuando lo hace, estudia de memoria sin comprender nada, ni integrar la información. Además, conviene analizar la presencia de posibles factores emocionales como el estado de ánimo de tu hijo/a o su nivel de ansiedad, o si bien presenta aburrimiento en el contexto escolar. Los alumnos con Altas Capacidades, son sujetos propensos a aborrecer los estudios y abocados, cuando no se interviene a tiempo, al fracaso escolar.
Adicionalmente, entre los factores externos que se deben analizar a la hora de entender el motivo por el que tu hijo/a presenta un mal rendimiento escolar, cabe destacar los factores escolares y familiares que pueden estar interviniendo de manera negativa en su ejecución.
Una baja autoestima mantenida en el tiempo produce sentimientos tales como angustia, desánimo, vergüenza, culpabilidad, miedo, ansiedad y, en el peor de los casos, puede llegar a ocasionar una depresión. Los niños/as y adolescentes que se ven limitados en sus vidas a causa de una baja autoestima pueden disminuir su eficacia académica y presentar desmotivación que, a la larga, puede dar lugar a fracaso escolar, o por el contrario, pueden desarrollar excesivos niveles de autoexigencia y comparaciones continuas con
los demás. Además pueden desarrollar timidez y ansiedad social.
Si crees que tu hijo/a puede estar viviendo esta situación consúltanos y valoraremos qué causas pueden estar motivando y manteniendo en el tiempo su baja autoestima. El tratamiento irá encaminado a dotar a la familia de las pautas necesarias para fomentar en tu hijo/a una autoestima ajustada y, a él/ella le ayudaremos a:
Consúltanos y analizaremos, a través de una valoración psicopedagógica,sus puntos fuertes y débiles a nivel intelectual, así como los aspectos anteriormente citados que pueden estar interfiriendo negativamente. Para ello, se deben aplicar pruebas psicométricas que valoren cuantitativa y cualitativamente su rendimiento, así como detectar su estilo de aprendizaje y el hábito de estudio que presenta, con el objetivo de trazar un plan de acción encaminado a fomentar el aprendizaje comprensivo, compensar sus dificultades y maximizar sus potencialidades.
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