Problemas Atencionales (TDAH)

En primer lugar, conviene valorar a qué se debe la desatención de tu hijo/a ya que, hay varios factores que pueden estar provocando que se muestre desatento o inquieto (bajo estado del ánimo, elevados niveles de ansiedad, problemas en el aprendizaje o, en el menor de los casos, como consecuencia de alteraciones neurológicas). Por ello conviene realizar un adecuado diagnóstico diferencial que permita detectar, si existe o no, la presencia de un Trastorno del Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).

El TDAH se caracteriza por la presencia de síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad, pero no siempre tienen que darse todos conjuntamente, ya que existen subtipos dentro de esta problemática, pudiendo encontrar TDAH predominantemente desatento, TDAH predominantemente hiperactivo/impulsivo y TDAH combinado.

Las diferentes investigaciones realizadas apuntan las causas a factores biológicos, hereditarios y psicosociales; siendo la interacción entre ambos, la que perfila la expresión del trastorno. Se estima que en España la prevalencia que existe oscila entre un 5 y un 10% de los niños/as.

Síntomas de desatención

  • Presta poca atención a los detalles o, por descuido, comete errores.
  • Tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades de ocio.
  • Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
  • No sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares.
  • Presenta dificultad para organizar tareas y actividades.
  • Evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta a la hora de iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
  • Pierde cosas necesarias para tareas o actividades.
  • Se distrae con facilidad por estímulos externos.
  • Olvida las actividades cotidianas.

Síntomas de hiperactividad/impulsividad

  • Juguetea o golpea con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento.
  • Se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado.
  • Corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado.
  • Es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas.
  • Está “ocupado”, actuando como si “lo impulsara un motor”.
  • Habla excesivamente.
  • Responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta.
  • Le es difícil esperar su turno.
  • Interrumpe o se inmiscuye con otros.

La presencia de TDAH genera importantes repercusiones en las personas que lo padecen, entre las que destacan problemas de autoestima, sentimientos de frustración e incomprensión, problemas en las relaciones sociales, bajo rendimiento académico y desmotivación por las tareas escolares, entre otros.

Consúltanos y realizaremos una valoración psicopedagógica, empleandolas pruebas psicométricas necesarias, para perfilar su plan de intervención personalizado, dotándole de estrategias que compensen sus dificultades atencionales, y le ayuden a conocerse y relacionarse satisfactoriamente.

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